miércoles, 7 de febrero de 2007

Para ella

Una tarde helada... el viento corre suave... camino apurada a mi destino: una esquina... una como tantas otras.
La esquina en la que he visto su rostro muchas otras veces.
Como cada mes, un café y el humo de su cigarro sobre mi cara... lo disculpo sólo por ser tú.
Palabras sobre más palabras...
Yo sorbeteo mi jugo y escucho atenta...
Un ambiente cálido como siempre, relajado, como si fueramos sólo nosotras... ahí sentadas sobre palabras y entre risas.
Tú me cuentas yo te cuento... todo lo que haz hecho y no me he enterado... todo lo que sufriste y que no pude consolar...
Hay amistades extrañas... de verdad lo hay... en cercanía o lejanía... a cualquier hora del día, los siete días de la semana y durante todo el año... pero sin duda la nuestra es especial.
Porque va más allá del tiempo... porque sobrevive al desgaste de los días y permanece firme como siempre.
Porque va más allá de nuestras diferencias... porque el discutir y platicar nos encanta.
No sabes que bien me hace hablar contigo...
¿Recuerdas aquellos días en el liceo?¡Que nostalgia me da!
Sentadas conversando... escuchando al buen Silvio y hablando del Golpe... y de tantas cosas más... de injusticia y corrupción... del país y sus mentiras.
Y aunque quizás ya no nos sobre el tiempo, nos queda la amistad...
Porque te lo mereces amiga, porque formas parte importante de mi vida y porque nuestra amistad se me hace indispensable... ojalá que el ángel para un final, ese que es el más terrible, nunca pase entre nosotras.
Gracias por estar siempre, gracias por querer estar ahí.
Te quiero mucho Karina.